El cultivo de trufa negra puede ser una actividad complementaria a las actividades agrarias tradicionales, diversificando la economía rural y favoreciendo un reequilibrio territorial. Este cultivo está desarrollando la actividad económica en zonas rurales de Cataluña debido a la entrada en producción de las primeras plantaciones, la creación de nuevas actividades empresariales alrededor de su comercialización, la producción de la planta inoculada y del turismo gastronómico a partir de otras actividades relacionadas con el cultivo de trufas. Todas las actividades dependen directa o indirectamente de la trufa.
Como se cultiva la trufa
Terreno de cultivo
La elección del terreno donde queremos plantar es muy importante para garantizar un buen funcionamiento de la plantación. Hay muchos parámetros a tener en cuenta, pero en primer lugar nos fijaremos en las propiedades químicas del suelo, necesitamos que sea calcáreo con un pH entre 7,5 y 8,5. El terreno debe cumplir con las condiciones necesarias para poder drenar bien el agua y contener el menor número de hongos competidores posibles. Son preferibles terrenos donde previamente haya habido cultivos de cereales, forrajeros o leguminosas. También se consideran buenos antecedentes la viña, los frutales y los campos de cultivos endomicorrícicos (gramíneas, leguminosas, etc.).
Planta para el cultivo
Los árboles que establecen micorrizas con la trufa son la encina, el roble, la coscoja, el avellano y la estepa, pero no todos son óptimos si hablamos de producción. Debemos escoger la especie que mejor se adapte a nuestro terreno.
Actualmente, los árboles más utilizados en las plantaciones son la encina y el roble, y en menor frecuencia la coscoja y el avellano. Existen viveros especializados en la producción de plantas inoculadas con trufa. Es recomendable que las plantas seleccionadas estén certificadas con un control de calidad.
Preparación del terreno
El método de la preparación del terreno variará según el cultivo anterior de la parcela. Es importante hacer un cultivo profundo mediante un subsolado para romper la posible suela de labor favoreciendo el drenaje y aireación del suelo. A continuación, se pasará el cultivador para homogenizar el terreno y dejarlo listo para plantar.
Densidad de plantación
La densidad de plantación dependerá de la planta huésped, la fertilidad del terreno y la textura del suelo. Por lo tanto, si el terreno es más fértil, disminuiremos la densidad ya que los árboles crecerán más. El modelo de mantenimiento de la vegetación también influirá en la elección de la densidad ya que si pensamos en hacer laboreos frecuentes también disminuiremos la densidad. Lo que se quiere conseguir es mantener la insolación en el suelo. Entonces, los marcos de plantación recomendados permiten plantar entre 200 y 330 árboles por hectárea, con unos marcos de plantación de 6×5 m, 6×6 m, 7×5 m o 7×7 m.
Control de la vegetación
Durante los primeros años de plantación, mientras la planta no empiece a formar el quemado, hace falta mantener el terreno libre de vegetación mediante la escarda alrededor de cada árbol. La finalidad es eliminar las hierbas que ejercen competencia hídrica, nutricional y de espacio al árbol huésped, consiguiendo que el suelo se airee, absorba mejor el agua y favorezca la proliferación del sistema radicular y del micelio. Al mismo tiempo se pasará el cultivador por los carriles de separación entre las filas de plantas.
Una vez los árboles empiezan a quemar y se pueden abandonar las escardas manuales alrededor del árbol, se plantean dos posibilidades de gestión: pasar el cultivador por los carriles de separación entre las filas o dejarlos con hierba.
Riego
Los primeros años de la plantación hará falta regar para conseguir un buen establecimiento del sistema radicular. Es recomendable que haya pequeños periodos secos para propiciar el crecimiento de las raíces en profundidad porque puedan captar agua de los estratos profundos.
En un estado más avanzado de la plantación, una vez se establecen los quemados, los árboles solo se regarán desde mayo hasta septiembre con periodos prolongados de sequedad en función de las precipitaciones. La cantidad a regar dependerá de la capacidad de retención de agua en el suelo.
Es recomendable que el sistema de riego sea mediante microaspersión o aspersión para garantizar el riego uniforme alrededor del árbol. Si no existe la posibilidad de instalar un sistema de riego, se valorará la instalación de un sistema de acolchado para mantener la humedad en el suelo.
Podas
A partir del tercer año de plantación, se realizan podas de formación corrigiendo el árbol de alguna anomalía de crecimiento y eliminando las ramas bajas. Se quiere favorecer la insolación directa al suelo, permitir la instalación del sistema de riego sin que las ramas interfieran en la dispersión del agua y facilitar la recogida de trufas en el futuro. Una vez el árbol haya llegado a los diez años y tenga unas ciertas dimensiones, se realizarán podas para limitar el crecimiento en altura y favorecer la forma de un cono invertido de la cobertura vegetal permitiendo la insolación directa al suelo. Es recomendable realizar la poda en parada vegetativa.
Recolección
La recogida de trufa está regulada por el “ORDEN de 15 de julio de 1991, regulación del sector trufero, donde especifica que se debe poseer una licencia vigente de recogida de trufas. Las fechas para la recolección de la trufa negra (Tuber melanosporum) son del 15 de noviembre hasta el 15 de marzo, y para la trufa de verano (Tuber aestivum), del 1 de mayo hasta el 31 de julio. También está regulada las dimension de la herramienta para sacar la trufa del suelo (20 cm de empuñadura y 20 cm de la punta del puñal como máximo), y admite como único medio para buscar la trufa la utilización de perros adiestrados.